martes, 7 de marzo de 2017

Metepec- Agua, polvo y arcilla




"Si pudiera mujer, plasmar tu figura en barro de arcilla, empezaría sin hesitar, con la más hermosa parte de tu ser... tu sonrisa!"






#MisCazuelas, era el último recuerdo que tenía del pueblo mágico de Metepec, hace ya más de 10 años cuando mi padre conducía de regreso a la ciudad de México, ya de noche por las calles de Metepec, rompió las cazuelas que mi madre había recién comprado en el Mercado de Artesanías, al volarse un tope.

Metepec es bien conocido por la gente que ahí realiza muy detalladas e inigualables artesanías de barro, vidrio y cerámica. La particularidad de algunas de sus calles empedradas y coloridas fachadas de las casas te envuelve en un ambiente relajado y a su vez lleno de vida, y no tan alejado de una de las ciudades industrializadas más importantes del país como lo ha llegado a ser Toluca.

Iglesia del Calvario
Capilla del Calvario

En esta ocasión tuve oportunidad de ir a Metepec en una rodada muy bien organizada, partiendo del poniente de la ciudad de México en un pequeño contingente, lo que agilizo el traslado, ya que el tiempo de recorrido fue de poco menos de una hora. Solo se paga una caseta de aproximadamente $20 para motos ($40 para automóvil) en una carretera muy tranquila y bien señalizada.



Al llegar al tranquilo pueblo, decidimos degustar de la comida de la región, en un local muy bien ubicado, llamado la taquería de Fabián, que además de ser un lugar muy amplio, ofrece un rico consomé, buena carne de barbacoa, tacos de costilla, riñones ( hash-tag "guacala"), lomo, cabeza, etc. Y resultó también, ser un lugar muy económico, ya que el precio de todos los tacos son de $17, si en efecto TODOS!,  y por persona no desembolsamos más de $80, por supuesto y como en mi caso, esto depende de lo tragón que sea uno.



Los que me conocen saben que no soy un hombre de fe o creyente de algún ser supremo, a pesar de que mi infancia si fui muy apegado a una religión. Sin embargo, hoy en día sí, si soy un admirador de las edificaciones eclesiásticas construidas en el país y cada vez que visito un pueblo, en mis varias escapadas de la ciudad, busco siempre, la iglesia más importante de la zona, y en este pueblo no fue la excepción, claro está; además para mi buena suerte, existen dos edificaciones de este tipo en Metepec, la capilla del Calvario y el ex-convento de San Juan Bautista. No sé ustedes, pero a mí lo que más me atrae de las iglesias son 4 cosas: los diseños de sus columnas, las cúpulas de la parte superior de una iglesia, las ventanas coloridas que retratan diferentes personajes o pasajes de la biblia y por último el sonido que se emite al sonar las campanas. En cada arista de la cúpula de esta iglesia percaté plasmados algunos santos, los cuales, dada mi precaria familiaridad con lo católico ,desconozco!, pero que para una persona de Fe podría fácilmente reconocer y ser un muy buen detalle particular de esa parroquia.







Muy cerca de la parroquia encontramos el Museo de Barro que está a unos pocos metros, la entrada es gratuita y consta de tres niveles, en el primero se exponen pinturas realizadas con diferentes técnicas; ahí mismo se exponen dos certificados de record mundial Guinness obtenidos por el pueblo, uno es por la cazuela de barro más grande del mundo y vaya que le cabe bastante mole, (si señores soy un fanático del mole).

En el segundo nivel se muestran obras de barro y árboles de la vida. Típicas y sabias frases como: 'Salió mala pa'l metate pero buena pa'l petate' ,  'Jala más un pelo de mujer que una yunta de bueyes', 'Aguacates y muchachas maduran a puro apretón', 'la tortilla y la mujer se han de comer en caliente' puedes encontrar en un enorme jarrón y que te pueden ayudar en los complicados temas del amor. Dentro de lo que más captó mi atención fue una escultura en el que se representan varios juegos infantiles, lo que me lleno de nostalgia,  al tratar de recordar los nombres de los juegos que organizaba con mis amigos de la cuadra de cuándo yo era niño; las canicas, el yoyo, el balero, la rueda de San Miguel, a la víbora de la mar, el avioncito, burro castigado, listones, stop, las escondidillas, las ollitas, quemados, fueron los nombres de algunos de los juegos que me venían a la mente, conforme miraba yo esa figura de barro. Y tú qué juegos más puedes recordar?...



Los árboles de la vida son la representación de cualquier aspecto de la vida cotidiana, en la mayoría de los arboles que se presentan en este museo, están muy apegados a la religión, la dualidad entre el bien y el mal, algunos personajes bíblicos como Adán y Eva, Moisés y el diluvio, el Arcángel San Miguel; la muerte también es una figura constante en varias obras. Muchas particularidades de la cultura mexicana las puedes notar en los árboles de la vida, tales como: la lotería, personajes de la lucha libre, los voladores de Papantla, mariachis, la virgen María, peleas de gallos; por citar solo algunas.





El lugar favorito de souvenirs es el Mercado de Artesanías de Metepec, que es dónde mi madre compró esas #Cazuelas, recuerdas?. En la entrada del mercado se encuentra un árbol de la vida, y en las afueras hay varios vendedores que ofrecen artículos elaborados a mano como bolsas, sombreros, servilleteros y más. Ya en el mercado puedes adquirir diferentes tipos de artesanías, puedes encontrar desde alcancías de los superhéroes, calaveras, espejos, pequeñas fuentes, aretes para mujer, cazuelas, jarrones, platos decorativos, y demás figuras. Aunque no son muy baratas, bastantes de ellas valen mucho la pena realizar el gasto.



Pasamos por la plaza principal de Metepec, que posee una fuente con un pequeño puente, donde los niños jugaban y cruzaban de uno a otro extremo, también hay un kiosco, lugar muy particular de las plazas. Ya organizábamos los últimos detalles para regresar a la ciudad de México, todos los participantes en la rodada nos reunimos enfrente de la capilla del Calvario, dónde hay un pequeño tianguis en el cual se ofrecen admirables pinturas, muchas de ellas son retratos o paisajes muy bien elaborados. tuvimos la suerte de presenciar un concurso de baile, donde cada pareja, con su distintivo numero marcado en una hoja de papel en su espalda, se esforzaban a su máximo para impresionar al jurado que se encontraba enfrente de ellos, con canciones que interpretaba una banda musical de la región totalmente en vivo, una pareja formada por unos adolescentes que no rebasaban los 18 años, apresaban la atención de los presentes, y del propio jurado , con su alegría y agilidad, en cada uno de los pasos de baile, ejecutados por la joven pareja.

Es grato redescubrir un pueblo que ya habías visitado en pasadas ocasiones y encontrar cosas nuevas, y todo esto depende de, según yo, cambiar tu perspectiva producida por tus previas visitas al lugar y dar oportunidad a caminar por un sendero nuevo, dar vuelta en la esquina que no habías dado vuelta antes, o simplemente seguirte de frente sobre el sendero, hacer las cosas de forma diferente!



Fotografía de  Sandra Gasca González.